::: ASTROS, FUENTES Y FLORES
Hoy me he animado a salir de mi autoexilio bloggero y escribir un poco, ciertamente no publico tanto como me gustaría, pero las cosas están cambiando, y se que pronto esto llegará a boom editorial.
Hace ya algunas que tengo ganas de publicar este poema de Rosalía de Castro, una mujer del siglo XIX que se adelantó a su tiempo; o más bien: una mujer que supo ver aquello que no tiene ni edad ni tiempo, y que trasciende con su obra los siglos. Hablo aquí de esa "otra mirada" a las cosas cotidianas, casi clandestina pero que nos revela la belleza y la fuerza que puede tener la vida. No en vano he puesto este cuadro de Magritte, que me gusta mucho.
Y es que este poema es "muy yo" en gran medida, si pues a veces ando lelo mirando la luna o mirando las flores; pero más allá de eso, creo identificarme aún más con esa busqueda de la "perenne frescura de los campos y las almas".
Bueno, aquí va:
ASTROS FUENTES Y FLORES
Dicen que no hablan las plantas, ni las fuentes, ni los pájaros,
Ni el onda con sus rumores, ni con su brillo los astros,
Lo dicen, pero no es cierto, pues siempre cuando yo paso,
De mí murmuran y exclaman:
Ahí va la loca soñando
Con la eterna primavera de la vida y de los campos,
Y ya bien pronto, bien pronto, tendrá los cabellos canos,
Y ve temblando, aterida, que cubre la escarcha el prado.
—Hay canas en mi cabeza, hay en los prados escarcha,
Mas yo prosigo soñando, pobre, incurable sonámbula,
Con la eterna primavera de la vida que se apaga
Y la perenne frescura de los campos y las almas,
Aunque los unos se agostan y aunque las otras se abrasan.
Astros y fuentes y flores, no murmuréis de mis sueños,
Sin ellos, ¿cómo admiraros ni cómo vivir sin ellos?