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La Animalada y la Bestialidad Otra Vez

La Animalada y la Bestialidad Otra Vez 11-M, 11 de marzo, fecha que debería pasar al recuerdo de todos los miles de millones de habitantes de este planeta. Fecha en que el fanatismo, el totalitarismo, la intolerancia y el pensamiento excluyente han dejado su huella. Pero lamentablemente los seres humanos olvidamos rápido y convertimos lo que debería de ser nueva actitud frente al otro en un sentimentalismo, casi un souvenir.

Espero que este no sea el caso, los más de 11 millones de personas que se han manifestado en toda España y en el resto del mundo no debemos de permitir que esto suceda. Nos lo reclaman todos los que han sido víctimas de estas terribles lacras de la humanidad: los judíos exterminados durante el régimen nazi; los millones de seres humanos aniquilados en Camboya por Pol Pot; los pobladores de sitios tan alejados como Timor Oriental, Uganda, el Congo, Somalia;las masacres cometidas en Perú por Sendero Luminoso o el MRTA, por las FARC y los paramilitares en Colombia, cuando no de los propios militares que confunden defender a las personas con defender la consigna sin cuartel; los muertos del 11 de setiembre; los muertos de las guerras inútiles y cobardes con olor a petróleo de Afganistán e Irak y de todas las demàs (la guerra es siempre inútil... siempre) y las casi 200 víctimas de Madrid.

Las cifras tal vez son frías y no nos permiten conocer la magnitud de la tragedia, 200 no es un número más, no es mayor o menor tragedia porque sean 200, o 1500,o porque sea sólo uno, precisamente porque en cada uno de los muertos había una persona, con sueños, ilusiones, con un proyecto de vida, con amores y desamores, como cada uno de nosotros.Lástima que la bestialidad criminal ha perdido hasta la capacidad de asombro frente a esa realidad, cegada por la imposición fanática. 200 fallecidos no es sólo un número, son 200 historias distintas, 200 formas de ver la vida y de amar igualmente valiosas.

A ellos va dirigida esta columna, unida al deseo que los sentimientos de solidaridad despertados en estos días no se acaben en tres meses sino que se conviertan en una actitud contra todo fanatismo, contra toda forma de discriminación que atenta contra la libertad, elemento esencial del ser humano.

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