Jugando a ser dios
Hace rato que la tengo gurdada y creo que este es un buen momento para opinar sobre el tema.El día de ayer Estados Unidos vetó en el Consejo de Seguridad de la ONU una resolución que condenaba el asesinato del líder espiritual de Hamas Ahmed Yassin. Una vez más(recordemos que uso el veto en la votación acerca del vergonzoso muro que Israel está levantando para expropiar al pueblo Palestino argumentando razones de seguridad)el Tio Sam, en su pretensión desenfrenada de ser gran juez de toooda la humanidad ha dicho NO. Y su veto, como nación más poderosa de la Tierra, no es un mero saludo a la bandera: es otra imposición más de su doctrina unilateralista, apostando por la ley más fuerte, justificando la barbarie con tal de conseguir sus objetivos (ya sea el petróleo o el beneplácito de uno de los lobbies más poderosos del mundo que mantienen al gobierno en el poder)
El asesinato de Ahmed Yassin no es más que una matonada de Israel, una provocación del pequeño Corleone sabiéndose protegido por el Capo, el Padrino mayor, es decir Bush; además de conseguir eliminar a un líder antagónico, cuyos actos terroristas no son justificables de ningún modo, se pone de manifiesto la voluntad de imponer una solución final que ha sido disfrazada de negociación en numerosas oportunidades. ¿Qué negociación es posible cuando una de las partes estás asfixiando a la otra?
Pero este problema, como casi todos, no está aislado ni es lejano; el debilitamiento del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas frente a las pretensiones yanquis nos hace perder a todos. Y nos hace perder porque se está imponiendo un nuevo orden internacional, que se traducirá a escala en cada una de nuestras sociedades, y querrámoslo o no será otra terrible reactualización de la ley del más fuerte. ¿Será posible que en siglo XXI, habiendo tenido que pasar por dos guerras mundiales, habiendo alcanzado consensos tan importantes como la Declaración Universal de los Derechos Humanos o la Carta de las Naciones Unidas, vamos a perder todo aquello que empezábamos a ganar? ¿Será que volveremos a la época de las cavernas? La respuesta no la tienen sólo los gobiernos, la tenemos nosotros, ya sea desde acá (en donde nadie nos hace mucho caso) o desde gringolandia o Arabia Saudita, ya seamos cristianos, árabes, judíos, y demás denominaciones.
El asesinato de Ahmed Yassin no es más que una matonada de Israel, una provocación del pequeño Corleone sabiéndose protegido por el Capo, el Padrino mayor, es decir Bush; además de conseguir eliminar a un líder antagónico, cuyos actos terroristas no son justificables de ningún modo, se pone de manifiesto la voluntad de imponer una solución final que ha sido disfrazada de negociación en numerosas oportunidades. ¿Qué negociación es posible cuando una de las partes estás asfixiando a la otra?
Pero este problema, como casi todos, no está aislado ni es lejano; el debilitamiento del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas frente a las pretensiones yanquis nos hace perder a todos. Y nos hace perder porque se está imponiendo un nuevo orden internacional, que se traducirá a escala en cada una de nuestras sociedades, y querrámoslo o no será otra terrible reactualización de la ley del más fuerte. ¿Será posible que en siglo XXI, habiendo tenido que pasar por dos guerras mundiales, habiendo alcanzado consensos tan importantes como la Declaración Universal de los Derechos Humanos o la Carta de las Naciones Unidas, vamos a perder todo aquello que empezábamos a ganar? ¿Será que volveremos a la época de las cavernas? La respuesta no la tienen sólo los gobiernos, la tenemos nosotros, ya sea desde acá (en donde nadie nos hace mucho caso) o desde gringolandia o Arabia Saudita, ya seamos cristianos, árabes, judíos, y demás denominaciones.
2 comentarios
eedm -
Ramón -
Un saludo.