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::: LA UNIVERSALIDAD DEL PATRIMONIO GALLEGO PORTUGUES: LA ROMANIZACION

::: LA UNIVERSALIDAD DEL PATRIMONIO GALLEGO PORTUGUES: LA ROMANIZACION

Bueno, siguiendo con este espacio dedicado a la candidatura del Patrimonio Cultural Gallego Portugués a Obra Maestra de la Humanidad, toca el turno a una de las más importantes civilizaciones de la edad antigua: Roma.

Cuando los romanos llegaron al noroeste peninsular, reconocieron en éste un territorio multiétnico y multilingüe, pero ciertamente unificado e identificado como una cultura propia, surgida a partir de la presencia de elementos amalgamadores y de las propias limitaciones ecológicas y económicas de la región, a la que bautizaron con el nombre de Gallaecia. Esta provincia romana, abarcaba las tierras de Galicia, Norte de Portugal, Asturias y León, contando con ciudades como Lucus Augusti (Lugo) en la actual Galicia, Brácara Augusta (Braga) en el Norte de Portugal, y Astúrica Augusta (Astorga) en León.

La influencia de Roma es fundamental en la administración, la lengua y la religión, así como también en la introducción de nuevas técnicas de trabajo agrícola, de alto significado puesto que esta es una región eminentemente rural. La llegada del cristianismo tuvo también particularidades propias en Gallaecia, de donde destaca el movimiento priscilianista, de carácter heterodoxo, entro los siglos IV y V d. de C. Pero la contribución más importante de los romanos sería su lengua: el latín; la cual, al entrar en contacto con las lenguas nativas, y durante un largo proceso de adaptación se convertiría en la lengua gallego-portuguesa de la Edad Media.

Con la caída de Roma surge en Gallaecia un reino independiente, fundado por los Suevos, pueblo germano que se asentó en la región y que fue finalmente conquistado e integrado al reino de los Visigodos. Ni Roma ni estos pueblos variaron sustancialmente el mundo creado por los pueblos de la antigüedad, celtas y proto-celtas, el cual sería readaptado por la cultura de la Alta Edad Media. La invasión musulmana de la península no afectó en mayor medida a la Gallaecia, puesto que los beréberes consideraron estas tierras como pobres y de poco interés. La desorganización que supuso la caída de Roma, las tensiones entre los pueblos germánicos asentados en la península; y, el mencionado desinterés musulmán hicieron que el noroeste peninsular perdiese contacto con los centros de administración estables, dando lugar a comunidades fuertemente ligadas por vínculos de solidaridad familiares y vecinales, desconocedores de la autoridad centralizadora de las zonas urbanas, lo que ayudó a consolidar las señas características y la identidad de esta tradición oral. La aldea se convirtió así en fuente de identidad, de solidaridad, de subsistencia y de legalidad, al cual el espíritu galaico portugués se arraigó profundamente, como quien descubre tener el universo entre sus manos, sin necesidad de nada más.

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