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::: El sueño del ETHOS propio

::: El sueño del ETHOS propio "En estos momentos tuve una certeza fulminante: cada uno tenía una pero ésta no podía ser elegida, definida administrada a voluntad. Era un error desear nuevos dioses, y completamente falso querer dar algo al mundo. No existía ningún deber, ninguno, para un hombre consciente, excepto el de buscarse a sí mismo, afirmarse en su interior, tantear un camino hacia adelante sin preocuparse de la meta a que pudiera conducir. Aquel descubrimiento me conmovió profundamente; éste fue el fruto de aquella experiencia. Yo había jugado a menudo con imágenes del futuro y soñado con papeles que me pudieran estar destinados, de poeta quizá, de profeta, de pintor o de cualquier otra cosa. Aquellas imágenes no valían nada. Yo no estaba en el mundo para escribir, predicar o pintar; ni yo ni nadie estaba para eso. Tales cosas podían surgir marginalmente. La misión verdadera de cada uno era llegar a sí mismo. Se podía llegar a poeta o a loco, a profeta o a criminal; eso no era asunto de uno; a fin de cuentas carecía de importancia. Lo que importaba era encontrar su propio destino, no un destino cualquiera, y vivirlo por completo. Todo lo demás eran medianías, un intento de evasión, de buscar refugio en el ideal de la masa; era amoldarse; era miedo ante la propia individualidad. La nueva imagen surgió terrible y sagrada ante mis ojos, presentida múltiples veces, quizá pronunciada ya otras tantas, pero nunca vivida hasta ahora. Yo era un proyecto de la naturaleza, un proyecto hacia lo desconocido, quizá hacia lo nuevo, quizá hacia la nada; y mi misión, mi única misión, era dejar realizarse este proyecto que brotaba de las profundidades, sentir en mí su voluntad e identificarme con él por completo" Demian - Herman Hesse

Hace unos 7 años, allá por setiembre de 1997, cuando cursaba el segundo ciclo de los Estudios Generales en la Pontificia Universidad Católica del Perú, tuve que llevar Ética, prerrequisito indispensable de acuerdo al plan de estudios para pasar después de dos (impresionantes, alucinantes y maravillosos) años a la Facultad de Derecho. El curso era dictado en el salòn L 203, si no me equivoco mal, por el profesor Fidel Tubino, un fiósofo con pinta de Papá Noel y con una pulsera hippie en la muñeca. El asunto es que allí descubrí una nueva palabra que dejaría un antes y un después en mi vocabulario, esta es: ETHOS

De acuerdo al profe y a un montón de libros más, ética proviene de ethos, pero no quiero hablar hoy de lo bueno y lo malo sino explorar el significado etimológico de la palabra (aunque mejor piso tierra porque este blog no va -aún- de filosofía). Entonces la pregunta de rigor en estos momentos sería ¿Qué cuernos es ETHOS? pues bien, a esto me voy a dedicar ahorita.

Ethos aludía hace muchos, pero muuuchos siglos a la madriguera de los animales, aquel sitio en donde se sentían seguros, protegidos, a salvo de depredadores, es decir: a su lugar en el mundo. Con el tiempo pasó a denominar la morada del hombre, de esta manera:

El "êthos" posee dos significados fundamentales. El primer y más antiguo de los dos significados comentados es el de morada, residencia."

Y de redsidencia o morada, nos pasamos a una concepción más profunda (más heavy)es decir su morada, pero no la física sino la que construye cada dìa para saber su lugar, para poder dar, interrelacionarse, ser, crear, amar, etc,etc.

El término éthos, tiene un sentido más amplio al que damos a la palabra ética, comprende la posición del hombre en la vida, su carácter o sello, incluye muchas veces las costumbres y la moral. Se puede traducir como, el modo de vivir, en el sentido más extenso y profundo de su significado.

Más allá de cuestiones filosóficas, que me gustan pero en este momento sería irme por las ramas, creo que es esa "posición del hombre en la vida, su caràcter o sello", en mi idioma sería "lugar que ocupo en el mundo" lo que estoy buscando, mi propio ethos, que no es sólo refugio sino también identidad y es también misión, donde sentirme seguro de SER, verbo tan fácil de escribir por sus tres únicas letritas, pero tan difícil de asir. Y es muy bacàn como es que el propio pensamiento humano ha sabido relacionar algo tan íntimo y propio como una "madriguera" con ese modo de vivir, esa decisión o conjunto de decisiones que todos tenemos que plantearnos por lo menos una vez en la vida para ser felices.

Definitivamente mi ethos está configurado también por un lugar físico en dónde sé quien soy y para qué estoy, tal y como lo fue la Universidad durante tantos años; cosa que muchas veces añoro pues ahora que voy a preparar mi tesis me doy cuenta que ya estoy jugando los descuentos, los minutos extras del partido mientras veo cómo llegan nuevos a descubrir y vivir todo lo que un día yo descubrí y viví. Es por eso que ahora estoy buscando un nuevo ethos, donde seguir descubriendo y viviendo, donde poder volcar lo ya aprendido, donde ser y relacionarme (que solito en esta vida no se hace nada).

P.D. La imagen la he puesto a drede, porque hace rato que me dan ganas de hablar de este zorro, que creo que muchos ya habrán reconocido.

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